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lunes, 12 de marzo de 2012

Pago de San Clemente

Pago de San Clemente

En un bello entorno natural, con paisajes suavemente alomados, rodeados de colinas y sierras más altas,  a 12 kilómetros de Trujillo, se encuentra el caserío, de uno de los arrabales de esta población, el Pago de San Clemente.
ruinas de antigua heredad con ermita
Debió de tener épocas mejores, lo atestigua su recoleto y pulcro cementerio. El origen de este núcleo poblacional debió ser una antigua heredad, actualmente semi en ruinas con una pequeña Ermita incorporada; los restos arquitectónicos de un antiquísimo molino de aceite abandonado, nos trasladan a épocas de una cierta pujanza económica, de este lugar.

antiguo molino de aceite
El núcleo residencial es muy disperso, apenas algunos intentos de conformación, de un par de calles, casas antiquísimas cerradas-abandonadas, muchas en semi-ruinas, están construidas con: regulares bloques de granito, mampostería de pizarra y ladrillos, -la herencia cultural de los alarifes mudéjares- . En el siglo XIX, se construyo su regular bien trazada y comedida Iglesia. La vida renace en las nuevas construcciones exentas desperdigadas de estos entornos.

la Iglesia
A 500 metros del núcleo habitado, en medio de un paisaje donde predominan los olivos, la encina, y algunos alcornoques, salpicado también en los huertos y jardines de pinos, palmeras, mimosas…se encuentra, “El Centro de Espiritualidad”, Pago de San Clemente, de la diócesis de Plasencia.


el Centro de Espiritualidad
En el he pasado el fin de semana último, con un grupo de 30 Cristianos, feligreses mayoritariamente, de las distintas parroquias de Don Benito, haciendo una tanda de ejercicios espirituales.

a la sombra del alcornoque

Es bueno de tanto en cuando, hacer una reflexión profunda, que nos ayude a dar sentido Evangélico, a la bendita utopia del anuncio de un mundo nuevo, tal como nos lo pidió Jesucristo, “amaos los unos a los otros, como yo os he amado” “lo que hagáis a cada uno de estos, me lo hacéis a mi”.

una de las charlas
Quienes pretendemos seguir la senda que nos marco Jesucristo, de trabajar para lograr un mundo nuevo, donde la fraternidad, la justicia social, la igualdad y la paz; sean normas universales de vida, que faciliten el encuentro de todos los hombres con el Dios Padre. Encontramos en los Evangelios pautas y conductas a seguir. El del domingo 11 de marzo, nos narra el enojo de Jesús, con los mercaderes del Templo; Juan 2, 13-25.

la comida
“Como se acercaba la pascua Judía, Jesús subió a Jerusalén. Encontró en el recinto del Templo a vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los que cambiaban dinero sentados. Se hizo un látigo de cuerdas y expulso a todos del Templo, ovejas y bueyes; esparció las monedas de los que cambiaban dinero y volcó las mesas; a los que vendían palomas les dijo: saquen eso de aquí y no conviertan la casa de mi padre en un mercado.


el grupo al completo
La reflexión sobre este Evangelio, nos impulsa a trabajar por un mundo nuevo. “Los seguidores de Jesús tenemos la misión de continuar desenmascarando aquellas estructuras jurídicas, sociales, culturales y religiosas que impiden que la relación con el Padre sea una relación que humaniza, libera y dignifica al ser humano. No podemos seguir separando lo religioso-espiritual de lo político-social. Son aspectos que están muy unidos en el Evangelio de Jesús.” 




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