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El director, Manuel de J. Gallego, dirigiendo el último ensayo
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El Teatro Imperial, lleno a rebosar, atento a la función |
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Poncia y la criada, inician un duelo interpretativo, a través de sus gestos y sus diálogos |
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La escena, se llena de duelo, las mujeres vuelven del entierro |
Ayer viernes 17 de mayo, organizado
por el Instituto “Donoso Cortés”, patrocinado por el Ayuntamiento, y con la
dirección de Manuel de J. Gallego Cidoncha; se estreno en el Teatro Imperial de
Don Benito, la obra dramática de Federico García Lorca;
La Casa de Bernarda Alba. Interpretada magistralmente, por un grupo
novel de teatro, que agiganta aun más si cave, la correcta y digna representación.
Un decorado creíble,
un vestuario
perfecto, una iluminación adecuada y los efectos de sonido, crearon un
ambiente, muy realista y creíble, del drama representado en la obra. Al excesivamente
popular precio de 3 euros, la recaudación fue a beneficio de Cáritas Don
Benito.
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Bernarda, enlutada recibe el pésame, en su casa |
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Las vecinas se despiden de Bernarda, el ambiente de luto, autentico y logrado |
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Poncia, intenta poner un poco de humanidad, en el funcionamiento de la casa
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Las hijas más jovenes, sufren en silencio, las rigidas imposiciones de Bernarda |
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Bernarda, impone sus decisiones con brutal agresividad |
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Adela y Martirio, discuten, enamoradas las dos del prometido de la hermana mayor |
Lorca, nos relata en esta obra,
que es como un fresco de la sociedad española del primer tercio del pasado
siglo XX, el drama de una recientísima viuda,- acaba de enterrar al marido-
para sacar adelante una casa con cinco hijas solteras. La asfixia farisaica de
una sociedad cerrada y cruel, que por el que dirán del luto, encierra, casi
entierra, en vida a las hijas, en edad de merecer. Se hace latente el enfrentamiento,
por mantener el principio de autoridad de la madre, Bernarda, con sus hijas,
que reclaman su derecho a la libertad y a vivir su vida.
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Adela, se pone el vestido verde, se revela contra el luto, y pasea como gata en celo, por los rincones de la casa |
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Se impone la rutina del luto, hay que bordarse el ajuar...para que, se preguntan las más jovenes |
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Hasta la abuela encerrada, se rebela contra la tiranía de su hija Bernarda |
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El luto y el silencio, lo envuelve todo, hasta las comidas, son pura rutina |
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La llegada de los jovenes segadores al pueblo, despierta en las jovenes las ganas de vivir |
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Adela se enfrenta a su madre, no aguanta más aquella "carcel" |
Magistral la interpretación que
hace Plácida Hurtado, del personaje de Bernarda, teniendo la replica
interpretativa en el personaje de Poncia, con unos diálogos, que echan chispas
por su fuerte carácter.
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Bernarda, se queda sola, manteniendo el principio de autoridad y dominación sobre sus hijas |
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Poncia y la criada, intentan poner un poco de amor y vida, entre Bernarda y sus hijas |
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Duelo interpretativo, Poncia alerta a Bernarda, que el drama se esta mascando |
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La tragedía se precipita, Adela no puede más, y se quita la vida. |
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Bernarda, despues de la tragedía, tapa la realidad, y proclama, que su hija, ha muerto virgen, |
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Todo el elenco saluda al respetable, en medio de una cerrada obación |
La tragedia se masca en el
transcurrir de la obra y los personajes femeninos, las mujeres, se revelan y no
se conforman a vivir enterradas en vida sin los hombres. Todo un éxito interpretativo
y de público, que se repitió el sábado 19, todo a beneficio de Cáritas Don
Benito, que esta atendiendo alimentariamente semanalmente, a más de 1.200
habitantes, de esta hermosa ciudad. A eso en Roman Paladino, que diria Julio Anguita, se le llama "Predicar y dar Trigo".
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