Anoche, viernes 9 de agosto, el
patio del Museo Etnográfico de Don Benito, se vistió de gala, para vivir una
noche de cante flamenco, organizada por la Concejalia de Cultura y la Peña
Flamenca de Don Benito. El recinto se lleno hasta la bandera de un público
entendido, que fue acudiendo al magnifico marco, desde una hora antes de
comenzar el espectáculo.
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El patio del Museo, Fernando, no se pierde nada, con su eterna sonrisa |
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Pepe y Antonia, entre el público asistente |
Confieso que entiendo muy poco de
cante flamenco, armado de mi cámara ocupe una silla en primera fila, para así
poder captar buenas imágenes del evento. Vi en el acto, al concejal de Cultura
Manuel Núñez, y a la concejala responsable del Museo Verónica Bravo. Entre el público
salude a Pepe y Antonia, dombenitenses residentes desde hace muchos años, en L´Hospitalet
de Llobregat, que están pasando unos días de descanso, en su bonita casa de Don
Benito.
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Presentación del evento y agradecimientos
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El jóven Juan Francisco, es arropado por los lamentos, que salen de la guitarra, de Diego de Paula
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Juan Francisco, se contrae hacia dentro, toma impulso y envuelve al respetable con sus atronadores y modulados quejios y lamentos, es segun los entendidos, el más puro cante jondo. Decia un poeta andaluz, canta tu Rafael, que con las palabras, no sabemos decir lo que sentimos. |
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Toda la potencia de sus pulmones, sale atronadora por su garganta. ?se puede hacer más, siendo tan joven? |
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jaleado por los palmeros y arrullado por los acordes de la guitarra, Juan Francisco, dío lo mejor de si mismo
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Juan Francisco, entregado en cuerpo y alma, cosecho los aplausos de un público muy entendido, que le agradecio sonoramente, su corage y a pesar de su corta edad, su buen hacer profesional. |
Presento el espectáculo, un miembro de la Peña Flamenca, por la
indisposición de su presidente, el polifacético Juan Morcillo. Abrió el fuego
un jovencísimo, Juan Francisco Carrasco, de Santa Amalia: dueño de una potente
y modulada voz, que nos recordaba por su bravura, a cantaores flamencos
antiguos. Me emociono ver que todo su cuerpo se entregaba, mientras de su
garganta, salían unas letras muy profundas y con mucho sentimiento; como suelen
ser las de todo el cante flamenco.
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Diego de Paula, acoplandose a su guitarra, antes de comenzar el evento flamenco |
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Diego de Paula, en plena sinbiosis con su guitarra, acaricia con los lamentos de esta, al interprete que acompaña |
Acompaño, con los más que acordes
o notas, los lamentos que hacia salir de su guitarra, el magnifico guitarrista,
Diego de Paula, de Villanueva de La Serena. Como un Centauro moderno, parecían
un mismo cuerpo el mismo Diego y su guitarra; a la que hacia, con su arte y maestría,
llorar de pena, envolviendo al compás de
las letras, a los dos interpretes, mientras estos, desgranaban con desgarro y
sentimiento: tangos, bulerias, malagueñas…y todos los palos del cante jondo.
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Eduardo inicia su actuación, flanqueado por los acordes de la guitarra, y la percusión
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Cuando canta Eduardo, todo su cuerpo vibra de expresión, interpretando, al tiempo que canta |
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Su rostro se transfigura, el dolor le atenaza, y desgrana sus sentimientos, poniendo alma y pasión |
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Eduardo, descarga sus sentimientos, se serena y las letras de su cante fluyen con fuerza, envolviendo al espectador |
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Cuadro flamenco al completo, palmeros, percusión, cantaor y guitarrista, toda una delicia de armonia y sentimientos |
El plato fuerte de la Velada o Noche
Flamenca, lo puso otro joven cantaor, Eduardo Hidalgo, 27 años, natural de
Valdivia. Juro que me emociono: con su potente y modulada voz, su entrega
profesional, su saber estar o tablas… y el sentimiento y profundidad, que
suelen tener, -no exentas de cierta tragedia- las letras del conjunto del cante
flamenco.
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Las notas de la guitarra le acarician, le sobra la chaqueta, el sentimiento y la emoción le atenazan, sus manos dejan salir de su pecho, moduladas por su potente voz, las profundas y sentidas letras de sus canciones. |
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Eduardo, cuando canta se concentra y vive con la pasión que refleja su rostro, el sentimiento de las letras de sus canciones
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En un expectaculo flamenco, no podia faltar el baile |
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Eduardo Hidalgo, cerro su actuación brillantemente, cosechando los aplausos de un público, entendido y entregado |
En definitiva fue, una noche
calurosa de agosto, en un marco muy adecuado, como es el patio del Museo, donde
brillaron con luz propia, dos jóvenes cantaores flamencos, y un excepcional guitarrista,
que esperan profesionalmente, un despegue de sus respectivas carreras;
ofreciendo a raudales: su arte y su buen hacer profesional, embriagando
emocionalmente, al público que se acerque a escucharles.
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